Es la disección y examen de un cadáver para conocer las causas de su muerte o contestar preguntas acerca de las afecciones que pudiera padecer la persona fallecida.
Se utiliza tanto en criminalística como en medicina, ya que provee información útil para el estudio de las enfermedades. El encargado de realizarla es el patólogo en el caso de una investigación médica, y el forense en el caso de la investigación criminal.